lunes, 20 de octubre de 2014

I'm a smartphone, I can control your life

Si mi teléfono fuera inteligente, me diría: “no envíes ese texto”. Me preguntaría: “¿Estás completamente seguro de esta idiotez?”

Mi gran conquista tecnológica borrará contactos cuando no sean convenientes, agregará nuevos, de acuerdo a lo que supone que sean mis preferencias. El corrector semántico cambiará las palabras, las frases o el texto completo. O quizás, dependiendo de su configuración, cambiará el destinatario con o sin mi consentimiento.

Lo elegiré por mi temperamento o él me elegirá a mí. Será mi conciencia, mi gurú, mi psicoterapeuta, mi asesor, mi confidente. Todo será tan aséptico, tan calculado, tan inteligente, tan perfecto y tan inerte.

¡Qué nada me aparte de las culpas, la esperanza, la fe, el coraje, la incertidumbre, la ansiedad, la sorpresa, el error, la insensatez, la locura, la distracción, el amor! Me niego a rechazar la oportunidad de sentir las perturbadoras emociones que dejan huella en el paso por la vida. La esencia de la condición humana es su maravillosa imperfección.

¡No cedas el control!

miércoles, 15 de octubre de 2014

Mi canción.

Me preguntaron cuál era mi canción y no supe responder ¿Tengo una canción? ¿Y si mi canción aún no se ha escrito? ¿Cómo es mi canción?


Mi canción huele a hierba mojada y salitre. Se sabe libre, salvaje, exuberante, polifórmica, indoblegable y rebelde. Surge caprichosa y se despeña en una magnífica cascada de sueños ondulantes.